Fuente UNO- La muerte de una niña renueva la necesidad de sumar este servicio especial en el hospital Urquiza de Concepción. Se trata del segundo desenlace trágico en cuatro años por falta de logística de alta complejidad médica.
En un relato desgarrador sobre las circunstancias que rodearon la muerte de su pequeña hija Abril, Lucio y Mariana Pioli, a sólo días de aquellos hechos, han comenzado una tarea de sensibilización en toda la ciudad y la región sobre la necesidad de contar en el hospital Justo José de Urquiza, de Concepción del Uruguay, con la logística necesaria para la atención de los casos pediátricos más complejos.
Una unidad de terapia intensiva pediátrica, una ambulancia de similares características, y personal formado para su atención específica, son un reclamo largamente repetido en Concepción del Uruguay, una ciudad que adolece completamente de este tipo de atención, no sólo en el hospital Urquiza, sino en todas las clínicas y sanatorios privados.
“Hace ocho días que no podemos abrazarla, besarla, escucharla hablar, mirar con ella los dibus y hacer de nuestros días los más felices. El sábado 15 de mayo Lucio y Abi salieron a dar un breve paseo en el auto antes de almorzar, quiso Dios que Lucio perdiera inexplicablemente el control del auto y este diera un vuelco ocasionando el accidente. Abril es llevada por su papá al hospital Justo José de Urquiza, donde ingresa a la Guardia y comienzan a asistirla. Abi entró muy grave con traumatismos de tórax y abdomen.
Luego es llevada a la terapia de adultos (porque no cuenta con terapia pediátrica) y el doctor Carlos Cherott (cirujano y jefe de la Guardia) la opera de urgencia al encontrarle una hemorragia
abdominal. Posterior a la operación el estado de Abril seguía siendo muy grave; los médicos de la terapia y su pediatra, Dr. Blas Torresan (excelente profesional y ser
humano), deciden trasladarla. Este hospital no contaba con ambulancia de alta complejidad, porque la que tiene estaba rota; en toda la ciudad no había una ambulancia para trasladar
a Abi!”, relata Mariana en una misiva enviada a UNO.
“Gracias a Agustín Bordagaray, esposa, mis amigas Andrea Almada, Cris, Lili, el Dr Torresan y muchas otras personas amigas incondicionales que nos quieren y siempre estuvieron y siguen acompañándonos… y que no podría nombrar porque se haría interminable esta carta, se consigue una ambulancia del hospital San Roque de Paraná que viaje hacia acá con un médico terapista pediátrico (porque este hospital Urquiza tampoco cuenta con uno).
Trasladamos a Abril al hospital Masvernat de la ciudad de Concordia a las 3 de la mañana del día domingo… mi hermosa bebé de 3 años y 8 meses luchó con todas sus fuerzas a lo largo del interminable viaje, (mientras el médico nunca dejaba de mirar al equipo de asistencia cardíaca que se apagaba porque no hacía una buena conexión a la batería de la ambulancia. Llegó muy grave pero estabilizada… allí los médicos nos atendieron excelentemente bien e hicieron todo lo que estuvo a su alcance para prolongarle la vida, pero lamentablemente su traumatismo pulmonar provocó el paro cardíaco y mi princesa nos dejó a las 15, después de luchar un día entero”, relata la madre.
El reclamo. Al igual que otra pareja entrevistada por UNO en marzo de 2006, en medio del dolor por el que atraviesan, los mueve ahora la necesidad de ayudar a que estos hechos no se vuelvan a repetir. El reclamo visceral es una necesidad real que volverá a afectar a más personas ante casos similares.
“Con el dolor que siento como si fuera ahora… en este mismo momento en que beso y acaricio a mi hijita muerta, pienso en todas/os esas/os Abriles que por no tener una asistencia médica correcta mueren en los brazos de sus madres, como sucedió con nuestra hija. ¿Por qué nuestro hospital no cuenta con una terapia pediátrica? ¿Por qué nuestro hospital no tiene una ambulancia en condiciones para trasladar a una persona en grave estado? ¿Por qué nuestro hospital no posee por lo menos a un profesional capacitado en terapia pediátrica?
Desde que Abi murió me lo pregunto y también pienso que ella tuvo el “privilegio” de poder viajar y ser atendida mejor porque tenemos gente que nos acompañó desde el momento del accidente. Tuvo el privilegio!... ¿no debería ser una responsabilidad del Estado priorizar la salud de sus ciudadanos, especialmente la de nuestros/as hijos? “
La promesa. “Le prometimos a nuestra hija Abril (aunque nos lleve mucho tiempo y debamos hacer algo que no es nuestro deber hacer) lograr equipar el hospital de nuestra ciudad con una ambulancia que funcione correctamente, una terapia pediátrica y profesionales capacitados para ello. Necesitamos cumplir esa promesa para poder seguir adelante con nuestras vidas y no morir con ella del dolor que sentimos por su enorme ausencia… Nos cuesta respirar, levantarnos de la cama, hablar, comer… todo nos recuerda a nuestra princesa!
Nos dormimos pensando en ella y nos despertamos deseando con todas nuestras fuerzas que termine esta pesadilla y que Abi nos llame para que le hagamos la mamadera! Pero no podemos despertar… la realidad de su muerte nos aplasta, nos dejó abatidos, con el alma hecha pedazos… deseando de a ratos que Dios nos lleve para estar juntos los tres nuevamente y de a ratos enojados preguntándonos ¿por qué a nosotros que éramos tan felices y ella tenía toda una hermosa vida por delante? Son muchas las personas que desde muchas localidades de la zona asisten a este hospital y es imprescindible y urgente que pueda concretarse este proyecto. ¡Les pido, les ruego, que puedan ayudarnos, para que la muerte de Abril no sea en vano. Ya hay mucha gente comprometida en esta lucha.
Todo el amor y la fuerza que nos envían nos alivia un poco el corazón entristecido, gracias por dárnosla”, finaliza la carta.
RespaldoCon el objeto de sumar voluntades para concretar esta iniciativa, Mariana deja su dirección de mail (maridapioli@hotmail.com) para quienes coincidan con esta necesidad y se puedan diagramar acciones para lograr satisfacerla.
Un caso similar en 2006
En marzo de 2006 UNO también se hizo eco de una iniciativa similar surgida también desde el dolor de otros padres que tuvieron que pasar por circunstancias parecidas. El 2 de febrero de ese año, y luego de un periplo rápido y fulminante, el pequeño Agustín Luján Martínez, de 1 año y 8 meses, falleció en el hospital Urquiza de Concepción del Uruguay debido a una dolencia grave que resultó terminal.
Leonardo Martínez y Miriam Del Castillo, los papás del pequeño Agustín, comenzaron también con la idea de impulsar acciones que pudieran ayudar a instalar una unidad de cuidados intensivos pediátrica en el entonces recién trasladado hospital
Urquiza.
Con el respaldo del director del hospital Urquiza, Ricardo Derendinger, se juntaron miles de firmas que se acercaron al entonces gobernador Jorge Busti. Sin embargo el objetivo
planteado no se consiguió.
El hospitalConsultado por UNO, el director del hospital Justo José de Urquiza remarcó que el nosocomio ha trabajado a través de distintas variantes para paliar la falta de una terapia intensiva pediátrica ya solicitada oportunamente ante las autoridades provinciales por ser uno de los pocos servicios que este moderno centro no dispone.
“Apoyamos en su momento la iniciativa de unos padres que juntaron unas 8.000 firmas para que podamos contar con esta unidad, pero también hemos avanzado con distintas variantes para paliar esta falta, hemos realizado capacitaciones profundas e intensivas en los profesionales sobre la atención pediátrica de cuidados intensivos, de igual manera logramos aparatología que no teníamos para atender estos casos, todo esto nos ha permitido mejorar el servicio para estos casos especiales”, remarcó ayer Ricardo Derendinger.