martes, 15 de septiembre de 2009

La Universidad articula comedores escolares con agricultores

En el Departamento Islas del Ibicuy, en Entre Ríos, se desarrolla un proyecto de la UNER que estimula la producción de alimentos frescos por parte de pequeños productores para el abastecimiento de los comedores escolares de la zona. Desde el equipo que lleva adelante la tarea, afirman que lo que se busca es “prevenir enfermedades favoreciendo la salud de los chicos que asisten a las escuelas a través de una buena alimentación y, a su vez, estimular el trabajo local de los agricultores familiares para que no tengan que emigrar”. El proyecto generó algunos resultados inesperados, ya que algunas escuelas propusieron armar sus propias huertas y extender el emprendimiento a otras instituciones, como los hospitales.

La Facultad de Bromatología de la UNER lleva a cabo el proyecto llamado “Diagnóstico de los comedores escolares del Departamento Islas del Ibicuy: abastecimiento, servicio y producción local de alimentos”, que cuenta entre sus objetivos el de conocer las prestaciones alimentarias de los comedores escolares de la zona y convocar a los pequeños productores para que sean proveedores de esos establecimientos.

“El objetivo principal es articular las dos partes, para favorecer el aumento del consumo de vegetales y frutas en los comedores escolares a la vez que asegurarles una venta organizada a los agricultores familiares”, explica a InfoUniversidades la docente Alicia Lopresti, integrante del equipo que desarrolla el proyecto.

La situación de los comedores escolares
A partir de la observación de campo y de reuniones con la coordinadora general de Comedores Escolares del Departamento Islas del Ibicuy, Mabel Ferruti, y con directivos y personal de los establecimientos, se relevaron las características de las plantas físicas y la organización de las prestaciones alimentarias de los comedores. Las escuelas mejor posicionadas en cuanto equipamiento, por lo general, son apadrinadas por empresas o fundaciones. En cuanto al aspecto nutricional, se advirtió que no son pocos los establecimientos que sirven un menú bastante monótono: repetición de fideos con salsa, arroz con salsa o guiso. Al respecto, la nutricionista Estefanía Gradizuela, integrante del equipo de trabajo, comentó: “Una alimentación sana incluye alimentos variados. Ningún alimento tiene todos los nutrientes que necesitamos, por eso resulta necesario ampliar el menú”.

En este proyecto, también se involucró el INTA, a través de la Estación Experimental de Concepción del Uruguay y del Programa Pro Huerta de Islas, la dirección de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar del gobierno de Entre Ríos y los gobiernos municipales de las distintas localidades del Departamento Islas. La participación de los organismos oficiales facilitó la convocatoria y el nexo con los productores. “Nosotros buscamos relacionarnos con instituciones oficiales para potenciar las acciones porque, por ejemplo, lo que puede promover o alcanzar el INTA no está al alcance de lo que podemos hacer los universitarios. Son diferentes maneras de operar y diferentes tareas. La Universidad debe necesariamente asociarse con otros para que el proyecto pueda continuar”, señaló la directora del proyecto.

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