Pocas veces nos ponemos a pensar qué sería de la vida del hombre sin animales; sin caballos, sin vacas, sin pájaros, sin peces, sin monos o sin perros... muy aburrida, por lo pronto; pero también muy incompleta. Por no decir inviable, porque el hombre no es más que un integrante de un inmenso ecosistema que necesita de todo el resto de los participantes para subsistir. Incluso los animales más salvajes, o los que nos parecen más inútiles o dañinos, cumplen su función en el ciclo de la vida.
Si los maltratamos, si los destruimos, estamos actuando contra nosotros mismos.-
Ya a fines del siglo XIX, muchos hombres tomaron conciencia de que el desprecio por los animales y la voracidad humana estaban provocando el maltrato hacia mucho de ellos, y peor aún, la extinción de numerosas especies, lo cual una vez que ocurre es irremediable.-
Uno de esos hombres fue el ex presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento. Junto con él y otros compañeros el Dr. Ignacio Lucas Albarracin (también sanjuanino) creó la sociedad argentina protectora de animales.-
Allí se desempeñó como secretario y, al suceder a Sarmiento, como presidente; Albarracin promocionó la sanción de la ley nº 2.786, de protección de animales (promulgada el 25 de junio de 1.891), que establece la obligatoriedad de brindar protección a los animales, de manera de impedir su maltrato y su caza.-
El Dr. Albarracin falleció el 29 de abril de 1.926, y en honor a este incansable luchador en defensa de los derechos de los animales, la sociedad protectora de animales, eligió esta fecha para conmemorar el día del animal.-
Aunque muchos no lo saben, los animales tienen derechos que los protegen del maltrato del hombre.
La liga internacional de los derechos del animal adoptó en 1.977 y proclamó en 1.978 la declaración universal de los derechos de los animales, que luego fue también aprobada por la ONU (organización de las naciones unidas) y la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura).-
Por todo esto es que en este día, más que nunca, debemos comprender y difundir la importancia del respeto a cada uno de “nuestros compañeros de existencia”, más allá de lo insignificantes o valiosos que nos parezcan.
No olvidemos que si lo que nos diferencia de ellos es nuestra capacidad para poder “razonar”, entonces... seamos “humanos” y respetemos sus derechos.
Si los maltratamos, si los destruimos, estamos actuando contra nosotros mismos.-
Ya a fines del siglo XIX, muchos hombres tomaron conciencia de que el desprecio por los animales y la voracidad humana estaban provocando el maltrato hacia mucho de ellos, y peor aún, la extinción de numerosas especies, lo cual una vez que ocurre es irremediable.-
Uno de esos hombres fue el ex presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento. Junto con él y otros compañeros el Dr. Ignacio Lucas Albarracin (también sanjuanino) creó la sociedad argentina protectora de animales.-
Allí se desempeñó como secretario y, al suceder a Sarmiento, como presidente; Albarracin promocionó la sanción de la ley nº 2.786, de protección de animales (promulgada el 25 de junio de 1.891), que establece la obligatoriedad de brindar protección a los animales, de manera de impedir su maltrato y su caza.-
El Dr. Albarracin falleció el 29 de abril de 1.926, y en honor a este incansable luchador en defensa de los derechos de los animales, la sociedad protectora de animales, eligió esta fecha para conmemorar el día del animal.-
Aunque muchos no lo saben, los animales tienen derechos que los protegen del maltrato del hombre.
La liga internacional de los derechos del animal adoptó en 1.977 y proclamó en 1.978 la declaración universal de los derechos de los animales, que luego fue también aprobada por la ONU (organización de las naciones unidas) y la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura).-
Por todo esto es que en este día, más que nunca, debemos comprender y difundir la importancia del respeto a cada uno de “nuestros compañeros de existencia”, más allá de lo insignificantes o valiosos que nos parezcan.
No olvidemos que si lo que nos diferencia de ellos es nuestra capacidad para poder “razonar”, entonces... seamos “humanos” y respetemos sus derechos.
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