jueves, 1 de abril de 2010

¨Una noche en la Casa del General¨

El Palacio San José, casco de estancia de mediados del siglo XIX construido por arquitectos italianos, residencia del Gral Justo José de Urquiza y centro político entrerriano durante la vida de su morador, es el principal atractivo histórico de nuestra región.
A lo largo de todo el año, miles de visitantes recorren los parques y jardines que enmarcan la casa de quien fuera el primer presidente constitucional de nuestro país, acercándose de esta manera al conocimiento de nuestro pasado, al entrar en diálogo con las historias que aquí se narran.

Historia, política, desarrollo económico regional, vida cotidiana, arquitectura, adelantos tecnológicos, relatos de criollos e inmigrantes, son algunas de las aristas a indagar de un tiempo y un espacio diferente, donde vida pública y privada comparten y nutren la Casa del Genera.
El Museo desarrolló durante 2001, año del bicentenario del nacimiento de Justo José de Urquiza, el Proyecto de Ambientación e Iluminación – Visitas Nocturnas a los efectos de poder ofrecer a los visitantes una nueva lectura y aproximación a esta Residencia y a nuestra historia. El 18 de octubre de ese año iniciamos esta nueva propuesta. A partir de ese momento se realizaron varias experiencias en la puesta en marcha del mencionado proyecto con una total aceptación por parte de quienes tuvieron la posibilidad de conocer la Casa en horario nocturno, incorporando al calendario anual estas visitas especiales.
Al abrir el portón principal al atardecer, numerosos visitantes han podido disfrutar del paseo por la Casa del general, acompañados por una hermosa luna y el estrellado cielo entrerriano. Recorrieron sus jardines y transitaron sus patios suavemente iluminados, acompañados por el sonido del piano del Salón de los Espejos. Se maravillaron con sus habitaciones vestidas primorosamente y con el salón comedor donde está a punto de tenderse la mesa. Visitaron la cocina con sus olores y sabores caseros, y se sorprendieron con la sala de baños húmeda, recién utilizada. Las lámparas de querosen alumbrando tenuemente los ambientes y las velas acompañan el recorrido hasta llegar a la Capilla, para disfrutar su belleza acompañados por una suave música. Todo evoca las sombras de quienes aquí vivieron y así nos transportamos al siglo XIX en un viaje mágico hacia nuestro pasado.
En una noche plena de magia y misterio, los guías del Museo comparten con los visitantes los relatos que la historia guarda en los rincones de la residencia.
La música del litoral, a cargo del Conjunto Itay ó del grupo Sapukay Tagüé, acompaña el final de la velada.
La casa adopta un clima intimista, se transforma en un espacio acogedor, invitando a descubrir los secretos de la vida cotidiana, a transitar las habitaciones familiares donde prendas de vestir han quedado abandonadas como al azar. Las luces, los aromas, los objetos cotidianos, los perfumes que realzan los ambientes, las melodías de la época interpretadas en el piano, la guitarra criolla en el segundo patio, diversos detalles van dando vida a un tiempo y a un espacio que nos permite reencontrarnos con el ayer. Reencontrarnos con nuestra historia.

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