Hasta ahora, 33 personas han muerto por el frío o por el monóxido de carbono en Argentina. Cinco de ellas, en Entre Ríos. En Gualeguaychú, con temperaturas de casi 4º bajo cero y lluvias, hay quienes duermen bajo plástico negro y chapas de cartón en vez de techo.
Un invierno cruel. Así le decimos. Más frío que otros anteriores (inviernos extremos y veranos insoportables por el cambio climático). Vientos leves o medianos todos los días, temperaturas bajo cero; la nariz se congela, colorada, y las manos se nos endurecen hasta el punto en que cuesta tomar la birome para escribir (dedos entumecidos). Atreverse a lavar las verduras bajo el chorro de agua fría es para héroes, ¡brrrr….!, y abandonar las frazadas se vuelve toda una proeza.
Ni hablemos de cuando llueve: queremos estar estufaditos en la casa o la oficina y tener leños para el fuego en el hogar.
Bien: ahora, estimados lector y lectora, sientan por un momento lo que significa en carne propia pasar noches bajo cero, heladas, lluvia, viento, sin medias en los pies, sin estufa, con apenas plástico negro o chapas de cartón por techo y en las camas una sola frazada; humedad permanente (hay piso de tierra), paredes de costaneros de eucaliptus, aire que rechifla a toda hora en la vivienda desabrigada. Parece que hay agujas que se clavan en los huesos…
Vivir desarropados. Desestufados.
Sí, un invierno cruel. Y la panza que no está llena…
El frío causa cada año 40 muertes por hipotermia en nuestro país. Las estadísticas señalan que 15 personas mueren a causa del fuego (relacionado con la calefacción), 35 más por monóxido de carbono (estufas y mala ventilación), 150 bebés y niños de 0 a 2 años fallecen por bronquiolitis, y 3.200 personas de distintas edades mueren por complicaciones de la gripe común.
Cuando el termómetro marca menos de cinco grados, la vida corre peligro para quienes no cuentan con lo necesario para enfrentarlos. Así, hay unas 20 mil personas que pasan la noche a la intemperie en Argentina, un millón 200 mil familias (multiplicar por 5 integrantes) padecen frío en los barrios más humildes, y más de 500 mil personas mayores de 70 años tienen dificultades para calefaccionarse.
¿Hambre? Dos millones 300 mil hermanos no tienen asegurada la comida diaria en nuestro país. Son unas 340 mil familias.
Las cifras nos fueron proporcionadas por Juan Carr, fundador de Red Solidaria y coordinador del Centro de Lucha contra el Hambre que, desde lo académico, se ha planteado el objetivo de "Hambre Cero en la Argentina" para 2020. Trabajan en este Centro la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, Red Solidaria, el Banco de Alimentos, Cáritas, Pro Huerta del INTA, entre otras organizaciones.
Frío, falta de abrigo, falta de techo, hambre, debilidad y –en muchos- soledad, se unen para causar las muertes más evitables que conocemos. Si cada uno de nosotros se decide y entrega una, solamente una muda de ropa (ver recuadro “Campaña”), la hipotermia no consumiría las vidas que se carga al hombro cada invierno.
Los cinco muertos entrerrianos
El último fue el 23 de julio en Paraná. Un hombre de 51 años que iba en bicicleta a trabajar; tuvo una descompensación y todo indica que las bajas temperaturas fueron determinantes. No era un número estadístico: se llamaba Roberto Villagra y murió a la 1 y cinco de la tarde.
En la capital provincial también falleció una señora de 69 años. En Concordia, el 12 de junio, falleció un abuelo de 80 años que vivía solo. Alquilaba un cuarto, y el propietario se preocupó cuando pasaron dos días sin verlo. Dormía con una sola frazada. “Además, al estar solo se alimentaba mal”, dijo el hombre que le alquilaba la habitación. Le decían “el Alemán” y había venido de Europa siendo muy chico.
El 13 de junio, con 0º de temperatura, un bebé de un mes y medio amaneció muerto en una vivienda de madera y chapas de cartón del barrio San Pantaleón de Concordia. Se llamaba Pedro. Lo llevaron al hospital; sufría de hipotermia aguda. No pudieron salvarlo. En ese barrio, muchas casas tienen solamente nylon en el techo, ni siquiera chapas.
El primer muerto entrerriano por las bajas temperaturas fue también de Concordia. Ocurrió el 1º de junio; lo encontraron los vecinos a las 9 de la noche. Se llamaba Héctor Alcides Fernández, tenía 53 años y trabajaba en un taller de chapa y pintura. Tuvo un paro cardiorrespiratorio a causa del frío.
Los que perdimos en el país
Hasta ahora (24 de julio), Red Solidaria lleva contabilizados 12 muertos por hipotermia: un bebé de un mes y medio, y otro bebé de un mes (Concordia); un señor de 60 años que dormía a la intemperie (Río Gallegos -Santa Cruz); un bebé recién nacido en Catamarca, una señora de 69 años (Paraná); dos personas (Viedma), un señor de 60 años, en una plaza de Mar del Plata, dos personas (San Luis); posible hipotermia de una persona de 45 años (General Pico - La Pampa), un hombre de 51 años en Paraná y otro de 80 en Concordia.
Luego, por inhalar monóxido de carbono (mala calefacción) han fallecido 18 personas: dos ancianas 93 y 87 años (Bariloche), una mamá de 25 años y su hijo de 3 (Palermo), un adolescente de 15 (Berisso, Buenos Aires), un joven gendarme (Uspallata - Mendoza), una madre de 60 y su hijo de 24 (Neuquén), un joven 21 y un señor de 52 años (Avellaneda), un señor de 40 años (Boedo, Capital Federal), una familia de cinco miembros: los padres, dos hijas chiquitas y un señor de 77 años (Córdoba); un abuelo de 64 años y su nieto de 10 en Ischillín (Córdoba).
Finalmente, murieron en dos incendios (mala calefacción) otras tres personas: un bebé de nueve meses (Río Gallegos), un bebé de cinco meses y su hermanito de tres años (Villa General Belgrano, Córdoba).
Gualeguaychú y el frío
En nuestra ciudad no hay indigentes de los que estilan vivir en la calle como en Buenos Aires. Pero sí, algunos que suelen dormir en ella o pasan muchas horas al día en las veredas, incluyendo la noche.
Por ejemplo, bajo el puente Gualeyán o en el Camino de la Costa. “Son casos aislados y no muchos, pero son –dice el padre Mauricio Landra, a cargo de Cáritas diocesana-. También hay varios que permanecen en las calles pero tienen vivienda. Son, por ejemplo, los que suelen dormir en la plaza San Martín o cerca de Santa Teresita. Sufren de alcoholismo y se quedan allí por esa causa”.
Luego, “en los asentamientos de Villa María (en Calle de Tropas, terrenos de Baggio) y de Boulevard Montana y 1º de Mayo, al lado de la Guardería Nazareth (en terrenos del municipio y de la Catedral), hay gente que pasa mucho frío. Algunos, están descalzos y viven en casuchas donde se cuela el viento y la lluvia”, agrega Landra.
Las distintas Cáritas parroquiales han entregado frazadas y ropas, pero nunca es suficiente. “El martes pasado, cuando la lluvia, Defensa Civil nos pidió colchones y frazadas para algunas de las veinte familias evacuadas. No teníamos y no pudimos ayudarles”, se lamenta. “También necesitaban medias”.
Cáritas diocesana recibirá la semana próxima una partida de 500 frazadas que acaba de comprar. “Pero eso significa 15 frazadas por parroquia. Casi nada”. En algunos lugares, se compraron mantas con el producto de la Colecta Anual que se realiza en las misas, y hay campañas esporádicas de ropa y leche. “Lo que hace falta urgentemente ahora es ropa para niños, colchones y frazadas”, subraya el sacerdote.
También se muestra preocupado por otra realidad: “hay en Gualeguaychú muchos niños dando vueltas a la noche, pidiendo en todos los barrios hasta más allá de las 23. Tienen mamá y papá y casas de material. No son de la calle. Pero no hemos podido solucionar este problema ni desde la Iglesia ni lo ha logrado el municipio”.
Todos podemos hacer algo. Nuestros jóvenes, por ejemplo: hay dos grupos de universitarios gualeguaychuenses en Buenos Aires que, cada tanto, salen de noche a recorrer los lugares donde viven indigentes. Les llevan café, galletitas, un par de orejas para escucharlos. Uno de los grupos fabrica bolsas de dormir artesanales con plástico negro de los que se usan para almacenar granos en el campo y las entregan a los que viven a la intemperie.
Siempre podemos hacer algo. ¿Usted qué opina?
Campaña “Ningún hermano con frío - Doná una muda”
Toda muerte por frío es evitable.
Vos podés evitar una. Armá una muda de ropa.
Abrí tu ropero, sacá una camiseta, un pantalón, un poullover, un par de medias, una bufanda. Llevala a Cáritas en la parroquia más cercana o llamá al 15500652.
No hay pobreza: hay hermanos pobres. No hay números estadísticos de muertes por frío: hay gente que sufre el frío hasta morir.
Vos podés evitarlo. Doná una muda de ropa.
Por Verónica Toller de El Día Gchu.
viernes, 24 de julio de 2009
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