
“Pachamama” (Madre Tierra en lenguaje aborigen), tal el nombre impuesto a su figura de luchadora y protectora, de defensora de la vida, padecía desde un tiempo serios problemas de salud que incluso le impidieron participar de las últimas reuniones de la Asamblea, a las que difícilmente faltaba.
Su mensaje siempre positivo en cada discurso o intervención que efectuaba en la Asamblea, le valió no sólo transformarse en el símbolo de la lucha de Gualeguaychú contra las papeleras sino además ganarse el respeto de propios y extraños.
Pese a sus dificultades para caminar, la “Pachamama” no faltaba a ninguna movilización o acción de la Asamblea que significara una masiva convocatoria ciudadana. Y no estaba un solo día sin darse una vuelta por Arroyo Verde.
Incansable militante por la defensa del medio ambiente, siempre estaba “protegida” por las banderas de Argentina y Entre Ríos en las que se envolvía, y pocas veces olvidaba de ponerse el sombrero con el que terminaba de tallar su imagen pintoresca pero de fuerte convicción. Tras el velatorio, sus restos fueron cremados ayer a las 16 horas. Fuente El Día de Gualeguaychú
Siempre amable
“Pachamana” fue una mujer que pese a su fuerte convicción en defensa del medio ambiente, dejó su imagen de amabilidad para todos quienes se acercaron y acompañaron esta cruzada. Respetó y permitió el trabajo de quienes tenemos el deber de cubrir la información y logró tener el respeto de los periodistas que estuvieron en Arroyo Verde, el puente San Martín y en cada marcha o protesta. Sin dudas, su amada Gualeguaychú la va a extrañar y su gente la tendrá presente en cada acto o marcha, ya que “Pachamama” seguirá inspirando esa envidiable fuerza que la caracterizó.
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