domingo, 26 de julio de 2009

Un mundo que gira en dos ruedas

En Concepción hay alrededor de 30 bicicleterías. Muchas de ellas mantienen una tradición artesanal.
Una máquina muy similar a las bicicletas actuales rodó por las calles francesas en 1790, inventada por Sivrac y se la nombró celerífero. Constaba de dos ruedas de madera unidas por medio de dos ejes a un armazón, también de madera. Con su surgimiento también apareció la demanda de mecánicos que se popularizó como bicicletero. En Concepción del Uruguay existen en la actualidad alrededor de 25 talleres que se dedican al este oficio y constituyen un mundo en sí mismo.
En una recorrida por varias de ellas queda al descubierto el avance de este trabajo hasta el tipo de tradiciones de cada una.
Las más nuevas están dedicadas a los más chicos y sus bicis casi voladoras, y las veteranas, que, como siempre, terminan siendo el punto de reunión de varios personajes del barrio a la hora del cierre.

Biagi marca el inicio. Para hablar de bicicleterías en La Histórica hay que comenzar por la decana de ellas cuyo nombre sale solo: “Bicicletería Biagi”. En octubre cumplirá 90 años arreglando y vendiendo rodados en Concepción, y se convirtió en una firma tradicional de aquel negoció que abrió don Job Biagi en los albores del siglo XX, y que hoy continúa su nieto. Arturo Biagi recuerda que este oficio era muy distinto antes para aquel que pretendía iniciarse en sus secretos, “porque primero eras aprendiz, barrías el local, emparchabas gomas y raspabas cuadros. Era una cosa más artesanal”.

El origen. El abuelo Biagi llega de Italia y se instala. primero en Santa Fe, y luego llega a Concepción, donde tuvo varios locales desde el 40 hasta el 68 (paso por 14 de Julio y 8 de Junio, Eva Perón y Galarza; Mitre y 14 de julio y en la peatonal Rocamora, en donde estuvo después RCA Victor). Su nieto reabre el 2 de enero del 77. “El laburo cambió. Se hizo más fácil. Ahora se cambian y se tiran piezas, hay herramientas más modernas que te agilizan. Pero nosotros hay cosas que las seguimos haciendo más artesanales”.
Confirma que la bicicleta evolucionó mucho, “en el 77 había pocos tipos de bicicletas, la tradicional, la modelo inglesa y la plegable, que ya no andan más. Ahora cambiaron los rodados y todo se inclina al todo terreno. La mountain bike se fue modernizando porque empezaron sin cambios, y ahora hay hasta de 36 velocidades, con suspensión y algunas cuentan con freno a disco líquido, como los autos, y con cuadros de fibra de carbono”.

El mercado. Sobre la clientela, expresó que tiene “clientes fijos porque hace 32 años que estamos. Tengo varios que ahora vienen con sus hijos, inclusive abuelos que llegan con sus nietos”, mientras que “los ocasionales son muy pocos en la actualidad”.
El frío se nota en este trabajo “nuestra época mas baja va de abril a septiembre. Ahí baja mucho el trabajo y más en el centro, porque nuestros clientes no son los trabajadores de antes que usaban la bici para trabajar, iban al Ministerio, YPF y otras fábricas que había en la ciudad”.

Veinte años en la esquina de Ameghino y Artusi
La bicicletería lleva el nombre de la calle donde está. Enrique Bourlot y su compañero, hace 20 años que están en esa esquina de Ameghino y Artusi. “Siempre igual, con arreglos y repuestos. Yo comencé como empleado, trabajé tres años y luego le compre el negocio al dueño”.
También confirma que “en sí, la bici sigue siendo igual, se han modernizado pero la base es la misma” y que es la “gente grande es la que sigue usando la bici, porque los chicos la utilizan mas para deportes o ir a la escuela”.
Como su colega Biagi, ratifica que “el trabajo depende del día. Si esta nublado, feo, baja la atención. Al contrario en los días de sol.
También baja en los primeros días del mes hasta el 10 o 15, cuando se le acaba la plata a la gente agarra la bici. Es al revés de otros negocios, pero casi siempre tenemos laburo”. Y esa tarea es “sobre todo emparchada, frenos, centrada”. En el local hay una especie de altillo donde se acumulan en un nudo de ruedas, rayos y cuadros, bicicletas que una vez supieron circular por Concepción.
Su rodar se detuvo y están olvidadas por sus dueños “tenemos una hace cuatro años. Hace poco vino el dueño a buscarla ya que no sabía que estaba acá. Un empleado la trajo sin que el sepa y acá quedó. Ahí hay otra bici, nueva también, que la trajeron antes del inicio de las clases y ahí quedo, una lástima porque es nueva”.

El espíritu. El local deja en claro que es un taller por herramientas y las huellas que el tiempo pinto con grasa. Y ese taller también tiene su historia “acá se ahorcó un hombre” dice Burlot mientras le de una pitada al cigarrillo “y por ahí pasan algunas co sas raras”. El cigarro señala un par de horquillas colgadas a la espera de una rueda “ves esas horquillas. Por ahí se caen solas. Estamos trabajando y se viene abajo sin sentido, por ahí se mueven, y algo similar ocurrió con aquella moto que estábamos por arreglar y también se vino abajo”.
Para despedirse, los dos, con una mueca de resignación, se vistieron de sociólogos “lo que llama la atención en estos tiempos es el mal carácter de la gente. Andan como enojados, mal todo el día”.
Ante semejante aseveración la pregunta fue porqué decía eso “antes hacías un chiste y lo compartían con vos, se reían, hasta mate tomaban. Hoy haces una broma y te miran mal, casi te ladran”.

Normas
La ley nacional toma a las bicicletas como vehículo y por esto debe cumplir reglas. Deben circular por mano izquierda, poseer luces y los menores de 12 años no pueden hacerlo en la vía pública. Tampoco se puede transitar de a dos personas por bicicleta y todas sus pasibles de ser multas.
Por Gerardo Iglesias/De la redacción de UNO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario