
Representó al INTA en innumerables ocasiones, tanto a nivel nacional como internacional y se caracterizó por su capacidad intelectual para precisar las ideas y los conceptos. Siempre bien informado, actualizado y de espíritu renovado, supo realizar propuestas posibles y modernas, muchas de las cuales se implementaron con importantes aportes al INTA y al sector agropecuario y agroalimentario.
Persona no solo de gran talento, sino afable, de buen trato y siempre dispuesto al diálogo, supo ganarse el reconocimiento profesional y el afecto de quiénes le conocieron.
Seguramente, en el futuro, haremos mención de sus iniciativas y acciones de trabajo pero lo recordaremos, esencialmente, como persona, compañero y amigo, con congoja eterna y simpatía renovada, en el extenso anecdotario de momentos compartidos. En el anhelo de su descanso en paz, elevamos una plegaria en su memoria.
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