lunes, 15 de marzo de 2010

Una pasión que se comparte transmitiendo

Los radioaficionados resisten al avance de las nuevas tecnologías con clubes y encuentros. En tiempos de catástrofes, la actividad cobra suma importancia.
Fundado en diciembre de 1951, el Radio Club de Concepción del Uruguay funciona en la actualidad con 50 socios, un poco menos que los 70 y pico que supo tener en años pasados.
En tiempos de Internet y celulares, este grupo de amantes de una tecnología que pareciera obsoleta pero que cobra fuerza en momentos de urgencias, cuando la comunicación se transforma, aún más, en clave para salvaguardar vidas, coordinar rescates, localizar personas o simplemente comunicarse con otros, algo que se da cada vez menos a pesar del impresionante avance tecnológico que se vive en estos tiempos.
Como bien resalta Leonardo Hoet uno de los integrantes del Club uruguayense cuando cita una frase que circula en el ambiente “cuando las comunicaciones se caen los radioaficionados comunican” y esto se vio en las dos últimas catástrofes que se vivieron en el continente con los terremotos en Haiti y Chile. En este sentido, Hoet afirma que al no depender de conexiones físicas, solo se necesita un equipo, una batería y una antena, la comunicación siempre se puede realizar.
En Concepción hay actualmente 75 radioaficionados, mientras que el Club esta integrado por 53 personas que participan en muchos encuentros a nivel local y nacional, mostrando sus actividades y en varios eventos de carácter nacional, como el Concurso Emergencias realizado en el año 1997, también, realizó un Congreso de nivel provincial en el año 1998 con motivo de la nueva reglamentación para nuestra actividad que se estaba gestando.
Hoet explicó que es una actividad que se realiza en la casa, donde cada uno tiene sus equipos personales pero destacó que “tenemos que hacerla conocida, mostrarla porque si no sirve de nada, vamos al muere. Si la gente sabe que podemos cumplir una función social, que no somos unos locos encerrados”. Por eso han realizado varios encuentros, donaron una antena a la escuela de la Isla Juanicó, junto con una batería para romper el aislamiento y mantienen contacto permanente con Prefectura, mientras esperan cerrar con otras instituciones y ongs de la ciudad, que aún están reticentes en este tema. Porque como explica Hoet “en estos tiempos, con tantos problemas climáticos, nunca se sabe si no tendrán que recurrir a este tipo de comunicación”.
ENCUENTRO. El más reciente fue el fin de semana de los Faros Sudamericanos, en la que participaron junto a colegas de Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela. Los uruguayenses se instalaron al pie del Faro de Stella Marys durante el último fin de semana de febrero, donde mantuvieron contactos con 55 faros del continente en una experiencia que dejó un rico bagaje de intercambio cultural y de amistad. En ese mismo encuentro, en horas de la noche entraron en contacto con radioaficionados de Bielorrusia y Portugal, con los que mantuvieron una charla con el río como testigo.
Hoet, con la misma pasión que le pone a su hobby, confirma “que en el país hay un montón de radios clubes, casi en cada ciudad hay uno y cada uno tiene su forma de funcionar. Nosotros tenemos contactos con varios de ellos, especialmente con los de Concordia, Chajarí y Paraná, con los que nos pasamos información”. El número en el país asciende a 15 mil, dato que surge cuando se debe renovar la licencia, lo que también deja al descubierto que ha descendido el número ya que el año pasado “éramos 22 mil y hoy 15”. Esta baja la explica el propio Hoet “en todo el mundo esta bajando. La radioafición nace por la necesidad de comunicarse con gente de otros lugares, comunicarse con el campo, con familias lejanas. Con la aparición de los celulares esto se terminó y lo que antes era por una necesidad hoy se transformó en hobby”.
Este hobby se mantiene vivo por la pasión que le pone este grupo de uruguayenses y sus pares del resto del país. Entre todos han armado una red que mantiene vivo el espíritu de los primeros Locos de la Azotea en los primeros albores del siglo pasado.

CHILENOS. La tragedia que aún sacude a Chile tras el terremoto sirvió para que los radioaficionados recobren su importancia, transformándose en piezas clave a la hora de la comunicación. En medio del caos que creó el terremoto, los radioaficionados fueron los primeros que lograron transmitir noticias y brindar comunicaciones sólo 15 minutos después de producido. Los cortes de energía y las caídas de los sistemas dejaron al país trasandino sin radios, televisión, Internet, como así también quedó fuera de servicio la red de celulares. En medio de esto, los radioaficionados fueron armando cadena de comunicaciones, llevando noticias, explicando el estado de las calles y rutas y los lugares donde comenzaban a montarse los centros de atención. La importancia de los radioaficionados también llevó a la Embajada chilena a contactarse con ellos e invitarlos a transmitir desde el mismo edificio que posé en Capital Federal, logrando un vínculo rápido con las autoridades chilenas.

Datos curiosos
-En las inundaciones de la provincia de Santa Fe, en 2003, cuando la telefonía tradicional y la móvil e Internet dejaron de transmitir por falta de energía eléctrica, allí estuvieron los radioaficionados con sus instrumentos enviando mensajes para la población afectada y para quienes debían enviarles ayuda.
-El gobierno de EE.UU. confió en los Radioaficionados y logró establecer la mayor parte de las comunicaciones cuando cayeron las torres gemelas
-Radioaficionados se mantuvieron las comunicaciones en el Tsunami de Asia de hace dos años.
-Gracias a Radioaficionados se llevaron a cabo las comunicaciones en el terremoto de Perú y en las inundaciones de México.
-Los Radioaficionados organizaron las comunicaciones en los terremotos en México de años atrás y en Italia.

Números
En la Argentina están registrados unos 22827 radioaficionados. Para conseguir la licencia como tal hay que realizar trámites que se gestionan en los Radioclubes, organizaciones de ciudadanos que comparten la afición por la radio y que funcionan en todo el mundo y donde también se puede acceder a los cursos de capacitación, tal como lo dispuso la Comisión Nacional de Comunicaciones.
Nota Gerardo Iglesias - UNO

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