La Unidad Penal Nº 4 de Concepción del Uruguay, está transitando el mes de su centenario. Es que en marzo de 1910, el edificio fue habilitado como penal y en sus comienzos tuvo alrededor de 180 internos y 50 mujeres.
Según los datos obtenidos, el edificio fue construido sobre terrenos donados por Demetrio Echazarraga, quien los comprara en remate público el 20 de junio de 1904 en la suma de 151 pesos moneda nacional. La Municipalidad de entonces, representada por Darío del Castillo, lo transfirió gratuitamente al Gobierno de la Provincia para la construcción de la Cárcel.
Fue así que se confeccionó el primer plano de la Unidad, a cargo de Joaquín Neyra y los trabajos comenzaron lentamente en 1905, para extenderse hasta 1908, siendo sus constructores, Sáez y Bhroggi.
El viejo edificio fue remodelado en el gobierno del entonces gobernador Jorge Pedro Busti, obras que fueron inauguradas en noviembre del 1999, llevando mayor comodidad para los internos y seguridad. En la actualidad la población oscila en los 120 presos, muchos de los cuales participan de actividades laborales en emprendimientos que la misma cárcel tiene.
Actividad- El actual director de la Unidad, subprefecto Hugo Bohl, señaló que se cuenta en estos momentos con talleres de chapa y pintura para autos, carpintería, tapicería, lavadero para autos, fabrica de bloques y de adoquines, así como un taller de herrería.
Según lo explica el director, estos talleres no solo permiten mantener ocupados a los internos, sino que les da la oportunidad de tener una profesión que les permita una mejor reinserción tras cumplir su pena. Bohl dijo que esto también genera ingresos que llevan a adquirir elementos de trabajo, vestimenta y materiales para los internos, al tiempo que los mismos, por su trabajo, tienen un jornal.
A estas actividades se sumaría un taller de mimbrería, que permitiría incursionar en un mercado amplio en la zona, trabajos estos, que sumados a los otros, son exhibidos en el salón de ventas de la Unidad. Recientemente inaugurado.
Por otra parte, semanalmente hay charlas y clases para aquellos internos que desean participar de tareas de tratamiento de adicciones, lo que en los últimos tiempos llevaron a una mejor convivencia interna.
Seguramente falta mucho para hacer, y así lo sostienen quienes tienen las responsabilidad de la conducción, que son consientes que pueden existir problemas como en toda comunidad, pero se intenta mejorar.
Cien años pasaron para llegar a esto y muchos más deberán y transcurrir para que se logren los objetivos propuestos. Hoy el remodelado edificio resulta chico y como todas estas Unidades, se ven al límite de su capacidad, lo que demanda mejoras que llevarán al convicto a vivir con cierta comodidad y dignidad.
Si bien no se confirmó hasta el momento, se espera que durante este mes de marzo se realice algún acto y descubrimiento de placas conmemorando el centenario, para lo cual podrían arribar autoridades del Servicio a Concepción del Uruguay.
Pablo Bianchi/ De la Redacción de UNO
Según los datos obtenidos, el edificio fue construido sobre terrenos donados por Demetrio Echazarraga, quien los comprara en remate público el 20 de junio de 1904 en la suma de 151 pesos moneda nacional. La Municipalidad de entonces, representada por Darío del Castillo, lo transfirió gratuitamente al Gobierno de la Provincia para la construcción de la Cárcel.
Fue así que se confeccionó el primer plano de la Unidad, a cargo de Joaquín Neyra y los trabajos comenzaron lentamente en 1905, para extenderse hasta 1908, siendo sus constructores, Sáez y Bhroggi.
El viejo edificio fue remodelado en el gobierno del entonces gobernador Jorge Pedro Busti, obras que fueron inauguradas en noviembre del 1999, llevando mayor comodidad para los internos y seguridad. En la actualidad la población oscila en los 120 presos, muchos de los cuales participan de actividades laborales en emprendimientos que la misma cárcel tiene.
Actividad- El actual director de la Unidad, subprefecto Hugo Bohl, señaló que se cuenta en estos momentos con talleres de chapa y pintura para autos, carpintería, tapicería, lavadero para autos, fabrica de bloques y de adoquines, así como un taller de herrería.
Según lo explica el director, estos talleres no solo permiten mantener ocupados a los internos, sino que les da la oportunidad de tener una profesión que les permita una mejor reinserción tras cumplir su pena. Bohl dijo que esto también genera ingresos que llevan a adquirir elementos de trabajo, vestimenta y materiales para los internos, al tiempo que los mismos, por su trabajo, tienen un jornal.
A estas actividades se sumaría un taller de mimbrería, que permitiría incursionar en un mercado amplio en la zona, trabajos estos, que sumados a los otros, son exhibidos en el salón de ventas de la Unidad. Recientemente inaugurado.
Por otra parte, semanalmente hay charlas y clases para aquellos internos que desean participar de tareas de tratamiento de adicciones, lo que en los últimos tiempos llevaron a una mejor convivencia interna.
Seguramente falta mucho para hacer, y así lo sostienen quienes tienen las responsabilidad de la conducción, que son consientes que pueden existir problemas como en toda comunidad, pero se intenta mejorar.
Cien años pasaron para llegar a esto y muchos más deberán y transcurrir para que se logren los objetivos propuestos. Hoy el remodelado edificio resulta chico y como todas estas Unidades, se ven al límite de su capacidad, lo que demanda mejoras que llevarán al convicto a vivir con cierta comodidad y dignidad.
Si bien no se confirmó hasta el momento, se espera que durante este mes de marzo se realice algún acto y descubrimiento de placas conmemorando el centenario, para lo cual podrían arribar autoridades del Servicio a Concepción del Uruguay.
Pablo Bianchi/ De la Redacción de UNO
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